martes, 19 de enero de 2010

Libros electrónicos

Sí, sí. Yo sé que mi política es subir obra aquí y no comentarios, pero este asunto me pareció fascinante. Maravilloso. Ayer conocí por primera vez en vivo y en directo uno de esos lectores de libros electrónicos. Y me encantó.
Me encantó como escritora porque pude ver mi novela en formato electrónico y, dado que juego con asuntos que tienen que ver con la comunicación virtual, el efecto me gustó muchísimo. Y, claro, me encanta también la idea de que los lectores puedan bajar el pdf desde la página de editorial acero y puedan leerlo con la comodidad de un libro tradicional en cualquier parte.
Porque ese es otro punto: Como lectora, me impresionó la comodidad del libro electrónico. El tamaño es como un libro de media carta, más o menos, y la tecnología de la tinta virtual da un efecto de estar leyendo sobre papel, y no tiene nada que ver con lo cansado que es leer en la pantalla de una computadora. Las páginas se cambian con el dedo, y el lector puede decidir (esto es magnífico) de qué tamaño quiere la letra del libro que está leyendo. Algo impensable en el formato tradicional.
Como investigadora, recuerdo las anécdotas de Judith Farré en su mudanza de libros de España a México. Los libros electrónicos le dan la posibilidad a los investigadores y a los grandes lectores de traer su biblioteca con ellos mismos, a cualquier parte del mundo. Es sencillamente magnífico. Magnífico. Porque además puedes buscar palabras y otros recursos que facilitan mucho el análisis de una obra.
Incluso para compartir y comentar una obra. Si en una plática sale un libro a colación, la cosa es tan fácil como sacar un aparatito tipo ipod y pasarle al otro, o mínimo enseñarle en ese mismo momento, el libro y el fragmento en cuestión. Así de espontáneo.
Digo que me parece maravilloso que un lector de cualquier parte pueda acceder a obras de cualquier parte del mundo.
Maravilloso.

1 comentario:

Vidal Medina dijo...

Hola Xitlally, pasaba por aqui. Creo que pasaré a menudo.

Saludos.

Vidal