lunes, 4 de octubre de 2010

Octubre literario

Ya tuve un mayo literario, y ahora es el turno de octubre. Acá les paso la información de los eventos de la XX Feria Internacional del Libro Monterrey en los cuales participo como presentadora, lectora o autora. Entre ellos, me complace invitarlos a conocer la obra de estos escritores y muy entrañables amigos míos. Todos ellos comparten el gusto por una literatura llena de poesía, cada uno desde su trinchera. Espero puedan darse una vuelta.

Sábado 9, 16:30 hrs, sala 103. Noticias para ser oídas en las tardes de loco calor y de frío cuerdo, de Alejandro del Bosque.

Jueves 14, 19:30 hrs, sala 103. Las Vírgenes, de Gabriela Sáenz.

Viernes 15, 19:30 hrs, sala 102. El sabor del agua, de Yolanda Cortez.

Sábado 16, 14 hrs, sala 101. Carne pa'llevar, seis autoras (entre ellas yop)

Sábado 16, 18 hrs, sala 102, La Casa Natal y El Pozo de Fuego, de Felipe Montes.

Domingo 17, 18 hrs, Lectura en homenaje a Juan Hernández Luna.

¡Espero verlos por ahí!

jueves, 15 de julio de 2010

La maravilla de regalar un libro

El año pasado fui a la presentación de Orejas de mariposa, de Luisa Aguilar. En él, Mara me contó que sus amigos le decían orejotas; así que llegó un buen día con su madre y le preguntó:
"–Mamá, ¿tú crees que soy una orejotas?
–No, hija. Tienes orejas de mariposa.
–Pero, ¿cómo són las orejas de mariposa?
–Pues son orejas que revolotean sobre la cabeza y pintan de colores las cosas feas."

Enseguida recordé a mi madre, y también me recordé a mí misma. Era lo que en tantas películas y caricaturas conocemos como ratoncitas de biblioteca. Chaparrita y flaca, usaba frenos y unos lentes gruesos y enormes, y era muy pero muy velluda, con bigote incluido. En realidad todavía lo soy pero ahora tengo acceso a ciertos métodos. Pero mi madre y mis hermanos se encargaron de darme la misma lección que la madre de Mara: usaba lentes porque mis ojos eran tan hermosos que necesitaba traerlos en vitrinas; y no es que sea velluda, en realidad soy una Xitlally de peluche portátil.
Así que no lo pensé dos veces y decidí comprar el libro. Le conté esta historia a Luisa mientras le pedía que lo firmara para mi madre. Ella escribió una dedicatoria hermosa en la cual le agradecía por regalarme unas inmensas orejas de mariposa.

Hace un par de horas mi madre me habló por teléfono. Mi madre organiza talleres artísticos en mi pueblo natal. Resúltase que recientemente se integró un niño que no puede caminar y aparentemente es algo cabezón. Mi madre le mostró el libro de Luisa.
Luego de leerlo, el niño alzó la mirada hacia mi madre y le dijo: “No puedo caminar. Pero quizá pueda volar, ¿verdad?” Mi madre le aseguró tal cosa porque, seguramente, esa cabezota es así de grande porque está llena de grandes ideas.

viernes, 9 de julio de 2010

El hombre que llegó a mi vida veinticuatro horas antes de lo planeado

Él llegó a mi vida veinticuatro horas antes de lo planeado. Fue algo tempestuoso. Así de cursi. “Un día de estos voy a contar tus lunares”, me dijo; y no contuve mi sorpresa al verme descubierta. Por él que tenía menos de un día de conocerme, menos de una noche de besarme como si desde siempre hubiera estado ahí. Por él que en ese instante se iba de mi vida para dar el portazo y presumirle al taxista que había venido a visitarme en nuestro segundo aniversario. Y es que con él no hay hubieras ni hay habrás. Solo hay posibles y, acaso, probables.
*
Pude haber regresado a casa, pero decidí esperarlo en su hotel. No es un hombre que se cuide mucho, que se arregle más de lo estrictamente necesario. Me cuenta historias que le creo risueñamente y eso me basta. Sé que mañana no estaremos, mas cuando inventa un “juntos” me gusta creerle. Al día siguiente, cuando me descubro lejos, no sé si extrañar sea una palabra exacta.
*
“Realmente no sé nada de tu vida sino desde hace un mes”. No sé si extrañar sea la palabra exacta. Sé que he soñado con él. Como también sé que sueño con cualquier persona… Sé que espero un mensaje, un correo, una llamada; que al tomar una copa no puedo evitar recordarlo. Aunque sé que me basta un buen platillo para que mi mente viaje a otros sitios donde él no tiene espacio. No sé si extrañar sea una palabra exacta.
*
Acordamos vernos en la ciudad. Terreno neutral aunque suyo. No pude ir. “Por eso me gustas, por cabroncita.” Un día después se despidió por teléfono. Tenía que emprender un viaje. Hay amores que entran así y luego se escapan. Él dice que llegan para evidenciar cosas que antes nadie había visto.
*
Era de noche cuando me dijo que podría escribir una novela con la semana que pasamos juntos. Pero lo nuestro es de una naturaleza tan esporádica que no sé si una historia pueda escribirse a trozos.
*
Nunca sé cuándo llegará ni si tendré la oportunidad de besarlo. Lo prefiero así. Sin certezas. Como un vuelo equivocado en una fecha equivocada. Como un beso robado en el aparador de una tienda, o desde la ventana de un taxi cuando había creído que no lo vería más.

Descansa en paz, Juan Hernández Luna.

lunes, 3 de mayo de 2010

Mayo literario

Se me fue abril y no subí nada pero, para compensarlo, parece que este será un mayo literario. Acá les paso la información a ver si se animan a acompañarme.
  • El jueves 13 de mayo, a las 19 horas, en la Casa de la Cultura, seis mujeres presentaremos nuestra Carne pa'llevar. Una jugosa colección de textos que, esperamos, puedan disfrutar en esas tardes donde se antoja una botanilla para entretener el hambre.
  • El miércoles 19 de mayo, a las 20 horas, en la UCA, acompaño a Grabriela Sáenz a presentar sus Vírgenes.
  • El jueves 20 de mayo, a las 19 horas y otra vez en Casa de la Cultura, voy a leer algunos textos como parte de un proyecto de Antología de Narradores Jóvenes de Nuevo León, que organiza José de la Paz.
  • El jueves 27 de mayo parto a mi tierra; sí, señores, a Tizayuca, Hidalgo. Ahí daré un par de talleres de creación literaria en lo que fuera mi secu.
Ahí se los dejo.

lunes, 8 de marzo de 2010

En la noche

Y este otro viejo también por la sobrina y por Sabines.

Para hacer funcionar a las estrellas
es necesario apretar el botón azul.
Jaime Sabines.

Miro al cielo
y en el cielo
una allí
otra acullá
estrellas y luceros
se reflejan en el mar.
Y la luna
reina en la marea
que a su antojo sube
vuelve,
baja
y se balancea.

Cabalgata

Con el pretexto de las visitas dominicales de mi sobrinita,
acá va un texto ya viejo.


Caballo, caballito,
en barco de papel,
yo soy una ola,
mójate los pies.

Para que sueñe mi niño
con ramitas de cedrón,
la luna baja en las noches
recién bañada en limón.
Caballo, caballito,
en barco de papel,
al pie de la montaña
mójate los pies.

Marinero, sal y agua,
¿dónde has dejado el sol?
Esta mañana soñaba
el viento de tu canción.
Caballo, caballito,
en barco de papel,
la noche me marea,
mójate los pies.

Duerma tranquilo mi niño
contento el barco está hoy,
podrá llevarme a las doce:
allá donde el barco encalló.

lunes, 1 de febrero de 2010

Matilda

Ya pueden encontrar a mi Matilda, completa y totalmente gratuita, como descarga en pdf en editorialacero.com, y luego ponerla en su lector electrónico preferido, jeje.
Acá les dejo un fragmento:

27 de agosto

Llego al auto y cierro la puerta. Siento al instante mi rostro mojado; no húmedo, mojado. Cuando siento que ya ha pasado mucho tiempo, cuando noto que el calor sigue presente pero ha dejado de molestarme me decido a regresar con él.
El camino es eterno, me da risa: no importa cuán largo me parezca, de un momento a otro llegaré con Matilda.
Y lo veo desde lejos, con su sonrisilla peculiar del momento. Aunque el mar está delante no veo más que su sonrisa. Su sonrisa de Matilda que me recibe con una cámara. Pero yo estoy ansiosa, quiero sentir el mar. Así que me lanzo y Matilda tras de mí. de un momento a otro la arena se humedece y se hunde bajo mis pies. Entonces ahí está: el mar, mi consciencia de mar. Corro excitada. Me interno excitada. Matilda aconseja no ir muy lejos.
Me alcanza. Me detiene. Me suelta. Su risa de Matilda. Mis gritos excitados. Matilda gime con el mar mientras yo, Matilda también, me río con el mar y los gemidos de Matilda. Y me voy y me vengo con el mar. Y me voy y me vengo con el mar. Y me voy y me vengo con Matilda. Matilda se asusta de la facilidad con que me comen las olas y me llevan a su antojo. Pero yo sigo riendo.
Matilda, no sé cuál, propone un juego: seamos barco. Y somos barco. Somos barco que va y que viene. Que va y que viene. Que viene y va. Barco.
Una ola nos voltea. Más risas matildezcas que reconozco mías. Recuperamos el curso. Somos barco que va y que viene y de pronto gira. Es que yo soy demasiado pequeña y liviana. Pequeña y liviana que va y que viene, que viene y va. Matilda barco va y viene. Va y viene. Viene y va.
Hasta que despertamos en la orilla.


martes, 19 de enero de 2010

Libros electrónicos

Sí, sí. Yo sé que mi política es subir obra aquí y no comentarios, pero este asunto me pareció fascinante. Maravilloso. Ayer conocí por primera vez en vivo y en directo uno de esos lectores de libros electrónicos. Y me encantó.
Me encantó como escritora porque pude ver mi novela en formato electrónico y, dado que juego con asuntos que tienen que ver con la comunicación virtual, el efecto me gustó muchísimo. Y, claro, me encanta también la idea de que los lectores puedan bajar el pdf desde la página de editorial acero y puedan leerlo con la comodidad de un libro tradicional en cualquier parte.
Porque ese es otro punto: Como lectora, me impresionó la comodidad del libro electrónico. El tamaño es como un libro de media carta, más o menos, y la tecnología de la tinta virtual da un efecto de estar leyendo sobre papel, y no tiene nada que ver con lo cansado que es leer en la pantalla de una computadora. Las páginas se cambian con el dedo, y el lector puede decidir (esto es magnífico) de qué tamaño quiere la letra del libro que está leyendo. Algo impensable en el formato tradicional.
Como investigadora, recuerdo las anécdotas de Judith Farré en su mudanza de libros de España a México. Los libros electrónicos le dan la posibilidad a los investigadores y a los grandes lectores de traer su biblioteca con ellos mismos, a cualquier parte del mundo. Es sencillamente magnífico. Magnífico. Porque además puedes buscar palabras y otros recursos que facilitan mucho el análisis de una obra.
Incluso para compartir y comentar una obra. Si en una plática sale un libro a colación, la cosa es tan fácil como sacar un aparatito tipo ipod y pasarle al otro, o mínimo enseñarle en ese mismo momento, el libro y el fragmento en cuestión. Así de espontáneo.
Digo que me parece maravilloso que un lector de cualquier parte pueda acceder a obras de cualquier parte del mundo.
Maravilloso.