miércoles, 21 de mayo de 2008

Caracol (después de un taller con niñas escritoras)

Hay un caracol atrapado en mi garganta.
Cuando tiene hambre
golpea en las paredes.
Y, a veces, si se enoja,
saca un mazo
y siento el mazazo en mi cabeza.
Lo siento cuando hace frío,
y cuando lloro.
Y cuando veo a un gato con las alas rotas.
Pero hoy comí chocolate y él descansa.
Y sonríe.
Hoy no siento el mazo.

7 comentarios:

Sergio HF dijo...

órale. Genial.

sólo que más que mazo debe ser martillo. o en vez de martillazo, masazo, o algo así.
En fin. Sonríe.
Y que el caracol sonría.

electrojazz dijo...

Galletas de chocolate? o chocolate puro :)
Esas niñas son unas inquietas, jojo.

Xitlally Romero dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Xitlally Romero dijo...

jeje. gracias a ambos. todo empezó porque platicaban qué sentían cuando estaban enfermas de la garganta. una dijo: yo siento un caracol en mi garganta. otra dijo: yo siento que vive un monito que se enoja y me golpea con un mazo. aaah, las adoro. besos y abrazos a los dos.
tienes razón, checo, es mazazo.

Anónimo dijo...

los niños son hermosos en sus interpretaciones, recuerdo a uno de 7 años que hizo un circulo borgiano e incluso lo comprendía a la perefcción sin conocer a Borges...sólo necesitó dibujar hormigas, edificios y bolitas, cómo la ves?

y sí es el "ladri di biciclette" :D, neta que los europeos tienen una facilidad para hacerme llorar, pero no le digas a nadie ssssssshhhhh :D


Saludos

Juan Manuel Martínez Brambila dijo...

Yo tuve una experiencia similar con un caracol en la garganta. Me golpeaba duro en las paredes también, tan duro que no dejaba respirar...aunque creo que era en furiosa venganza por habérmelo comido. Muy a mi pesar lo tuve que escupir: amenazaba con llevarme a la muerte junto con él.

Es fácil sentir/intuir lo infantil del poema. Y por infantil entiendo no sólo la inocencia, nunca del todo perdida, sino su asombro y desapego del mundo, que de alguna manera constituyen las condiciones de posibilidad de la facultad inata de metaforizar la realidad.

Con todo lo infantil que caracteriza a este poema, tampoco pierde la madurez adulta de una poeta definitivamente consagrada en su arte.

Gaby dijo...

Es sencillo, lo que lo hace bonito ( además de contener chocolate).