Entonces,
sencillamente,
me respiro
a cuentagotas
y a cuentamares,
para detenerme al filo y escuchar la brisa,
el golpeteo,
el susurro,
el grito
y todo aquello
que se dice a oscuras
sencillamente.
Ya luego vendrán las olas…
martes, 17 de junio de 2008
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