Primero el antojo
en la travesía nocturna,
por aquello de la noche,
y primero el café,
que para eso estamos.
Y ya por aquí
la muestra,
qué más da,
la tentación,
ligero empujoncito
y ahí está:
plato servido.
-¿Pero cómo…?
-Tú elegiste.
Endemoniado.
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2 comentarios:
No good.
lo sé... lo sé...pero tenía una urgencia de lanzarlo al mundo.
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