Este viento del mar que me conduce
por ánimos ignotos del deseo
es un cristal que apenas se trasluce
en cada amanecer que no te veo.
Esta marea del viento que no luce,
opacada por un apenas creo,
es un caudal varado en pleno cruce
de ajeno imaginar grato esperpento;
un cálido reflejo apasionado,
fuerza imposible que me niega el hado
que hará estallar regiones ignoradas.
Y acaso por las noches te imagines
una marea en los brazos que te imprime
vientos de mi quimérica alborada.
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2 comentarios:
Está bien estructurado
Me encantó!
Muy bien!
Felicitaciones!
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