Me vine con el sol,
dices,
con el sol de la tarde,
con el frío y la brisa
y el aliento de mar y la borrasca
y la tierra verde, azul, morada y roja,
y tonos amarillos y naranjas,
y compraste un queso en la esquina,
con la puesta de sol,
eso ya no lo dices tú pero lo agrego,
para mi refri,
para tus quecas,
y entré a tu puerta.
jueves, 31 de enero de 2008
miércoles, 16 de enero de 2008
Reflexiones luego de leer cientos de cuentos y poemas de niños
1) Cuando uno escribe, uno le da la oportunidad, a cada palabra, de decir cosas que nunca antes han dicho. Esa es la magia del idiolecto, quizá. O la magia de la poesía. O tal vez ambas. Yo creo que ambas.
2) Los niños deben ser los escritores de los libros infantiles. Deben ser las estrellas de editoriales como Barco de Vapor o Alfaguara Infantil. Lo intuía ya y ahora lo afirmo.
3) Una de las tareas de la poesía es encontrarle nombres a aquellas cosas para quienes las palabras no alcanzan.
4) La poesía debe buscar hacer sentir aquello que promete.
5) El arte, tantas veces definido, es todas sus definiciones.
2) Los niños deben ser los escritores de los libros infantiles. Deben ser las estrellas de editoriales como Barco de Vapor o Alfaguara Infantil. Lo intuía ya y ahora lo afirmo.
3) Una de las tareas de la poesía es encontrarle nombres a aquellas cosas para quienes las palabras no alcanzan.
4) La poesía debe buscar hacer sentir aquello que promete.
5) El arte, tantas veces definido, es todas sus definiciones.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)